Hoy, 5 de enero, conmemoramos a San EDUARDO el CONFESOR, Rey.
SAN EDUARDO EL CONFESOR (1005-1066) nació en Islip, en Oxfordshire, Inglaterra, en una época de guerras internas e invasiones vikingas.
San Eduardo el Confesor fue el segundo de los tres hijos del rey Eteldredo el Indeciso y de Emma de Normandía.
En ese tiempo, Inglaterra estaba sometida en parte al rey de Dinamarca; cuando éste invadió la isla, Eteldredo y Emma tuvieron que huir, y se exilaron en Normandía con sus hijos.
Ahí permaneció Eduardo casi 30 años. A pesar de su sangre paterna anglosajona (sería el último rey de este linaje), en las tierras de su madre se formó a la usanza normanda, muy imbuido de cristianismo.
Después de décadas de guerras y pugnas por la sucesión, a la muerte del rey danés de Inglaterra Canuto Hardeknut, en 1043 Eduardo fue electo unánimemente como monarca.
El gobierno de San Eduardo el Confesor se caracterizó por la prudencia y la benevolencia, favoreciendo siempre la paz como prioridad máxima.
Como rey, San Eduardo dejó una huella imborrable en la memoria del pueblo inglés; su popularidad no radicó solamente en sus hábiles decisiones administrativas, sino más que otra cosa en su bondad y su caridad.
La vida de San Eduardo se caracterizó también por su religiosidad y por sus afanes de extender el cristianismo a todo el reino.
Entre otras obras que realizó, a él se debe la restauración del monasterio que estaba al oeste de la ciudad de Londres, el célebre monasterio de Westminster.
Luego de un reinado de más de dos décadas, San Eduardo el Confesor falleció, dejando vacante la sucesión de sangre al no haber procreado. Su pueblo lloró mucho su muerte, e Inglaterra quedó a merced de las pugnas de los poderosos.
En 1161, San Eduardo el Confesor fue canonizado por el papa Alejandro III, y dos años más tarde sus restos mortales fueron depositados en la Abadía de Westminster, en ceremonia oficiada por el arzobispo Santo Tomás Becket.
San Eduardo el Confesor es el santo patrono de los reyes ingleses, de los matrimonios problemáticos y de las mujeres separadas.
SAN EDUARDO el CONFESOR nos enseña el valor de la suavidad y la generosidad hacia los subalternos.
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SAN EDUARDO EL CONFESOR (1005-1066) nació en Islip, en Oxfordshire, Inglaterra, en una época de guerras internas e invasiones vikingas.
San Eduardo el Confesor fue el segundo de los tres hijos del rey Eteldredo el Indeciso y de Emma de Normandía.
En ese tiempo, Inglaterra estaba sometida en parte al rey de Dinamarca; cuando éste invadió la isla, Eteldredo y Emma tuvieron que huir, y se exilaron en Normandía con sus hijos.
Ahí permaneció Eduardo casi 30 años. A pesar de su sangre paterna anglosajona (sería el último rey de este linaje), en las tierras de su madre se formó a la usanza normanda, muy imbuido de cristianismo.
Después de décadas de guerras y pugnas por la sucesión, a la muerte del rey danés de Inglaterra Canuto Hardeknut, en 1043 Eduardo fue electo unánimemente como monarca.
El gobierno de San Eduardo el Confesor se caracterizó por la prudencia y la benevolencia, favoreciendo siempre la paz como prioridad máxima.
Como rey, San Eduardo dejó una huella imborrable en la memoria del pueblo inglés; su popularidad no radicó solamente en sus hábiles decisiones administrativas, sino más que otra cosa en su bondad y su caridad.
La vida de San Eduardo se caracterizó también por su religiosidad y por sus afanes de extender el cristianismo a todo el reino.
Entre otras obras que realizó, a él se debe la restauración del monasterio que estaba al oeste de la ciudad de Londres, el célebre monasterio de Westminster.
Luego de un reinado de más de dos décadas, San Eduardo el Confesor falleció, dejando vacante la sucesión de sangre al no haber procreado. Su pueblo lloró mucho su muerte, e Inglaterra quedó a merced de las pugnas de los poderosos.
En 1161, San Eduardo el Confesor fue canonizado por el papa Alejandro III, y dos años más tarde sus restos mortales fueron depositados en la Abadía de Westminster, en ceremonia oficiada por el arzobispo Santo Tomás Becket.
San Eduardo el Confesor es el santo patrono de los reyes ingleses, de los matrimonios problemáticos y de las mujeres separadas.
SAN EDUARDO el CONFESOR nos enseña el valor de la suavidad y la generosidad hacia los subalternos.
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San Eduardo, intercede ante Dios nuestro Señor por la salud de todos los enfermos del alma y del cuerpo; en este día pido principalmente por María Luz que va a ser intervenida para un trasplante de médula, por María Inés que tendrá una pequeña cirugía y por mí que temo que el problema que estoy teniendo sea consecuencia de no haber podido aun realizarme la cirugía postergada hace meses debido a otros problemas de salud que surgieron. Que pueda salir adelante con mucha fe, esperanza, fortaleza, paciencia y confianza en que Dios todo lo puede. Lo mismo ruego para todos los demás enfermos que a diario leen o escriben en este Santoral. Que a través de san Eduardo Dios nos bendiga a todos. Amén. María J.
ResponderEliminarSAN EDUARDO el CONFESOR que nos enseña el valor de la suavidad y la generosidad hacia los subalternos te pido en este tu dia tu protección. junto con SANTA AMELIA en su día, a todos los santos proteccion , proteccion y bendiciones ALCIRA
ResponderEliminarSAN EDUARDO EL CONFESOR ayudame a salir adelante y poder cumplir con todos los compromisos!!!!Amen.
ResponderEliminarfjjjagbltmlpppppppplgffaammakamm
ResponderEliminarSAN EDUARDO CONFESOR JUNTO CON EL SEÑOR NUESTRO DIOS RUEGA PARA QUE SANE DE UNA VEZ JOAQUIN Y DEJE DE SUFRIR.- POR MI SE ME VAYA EL CATARRO Y LA TENSIÓN.- NI NIETO VAYA POR BUEN CAMINO.- MI YERNO APRUEBE LOS EXÁMENES Y MI HIJA NOS AYUDE.-GRACIAS.- REZARÉ UN CREDO Y UN PADRE NUESTRO.- AMÉN.-
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