Hoy, 18 de agosto, conmemoramos a San ALBERTO HURTADO CRUCHAGA, Sacerdote.
SAN ALBERTO HURTADO CRUCHAGA (1901-1952) nació en Viña del Mar, Chile, en el seno de una familia venida a menos tras la muerte del padre.
Cuando San Alberto tenía cuatro años de edad, su madre, al quedar viuda, tuvo que vender todas las posesiones familiares y emigrar con su prole a la capital del país, Santiago.
Viviendo con parientes, el niño Alberto destacó pronto por su cordialidad y su inteligencia, además de una extraordinaria fuerza de voluntad. Esto le valió el poder estudiar en el colegio de San Ignacio de Santiago, donde cautivaba a sus compañeros y maestros por su propensión a hacer el bien.
De este modo, lo más natural para él era ingresar a la Orden Jesuita. Sin embargo, antes tuvo que concluir su bachillerato, graduándose de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica en 1923.
Al principio de los años veinte, Chile sufrió una dramática crisis económica que dio lugar a mucho desempleo. Los alrededores de Santiago se iban llenando de barrios marginados en condiciones de miseria extrema.
A la par de sus estudios, San Alberto Hurtado Cruchaga se dedicó entonces a realizar una intensa labor de ayuda social en contra de tanta pobreza.
Su vocación lo llevó a ingresar a la Compañía de Jesús en 1923, realizando su noviciado en Chillán; de ahí prosiguió su formación en Córdoba, Argentina, después en Barcelona, y finalmente terminó con doctorado en Pedagogía por la Universidad de Lovaina, Bélgica, en 1933.
Ya como sacerdote, San Alberto regresó a Chile. Pero en vez de dedicarse a enseñar en la Universidad Católica o en el Seminario, tomó la decisión de ofrendar su vida en favor de los más necesitados, en especial los jóvenes y los niños de su país.
Durante los siguientes años viajó por todo Chile, cada vez más conmovido por las injustas condiciones sociales ante la indiferencia de las clases altas.
En 1944, finalmente, es capaz de conseguir los recursos necesarios para fundar lo que sería su magna obra: el Hogar de Cristo.
El Hogar de Cristo es una magna y ejemplar obra caritativa para proporcionar techo, descanso y comida a los indigentes y vagabundos. El padre Alberto, como se le conocía, fue capaz de tender una enorme red de ayuda, vinculando además a su instituto con varios organismos internacionales de muy alto nivel, algunos ligados a la Organización de las Naciones Unidas.
Víctima de un cáncer fulminante, el sacerdote benefactor falleció en Santiago a los 51 años de edad. San Alberto Hurtado Cruchaga fue canonizado en 2005 por el papa Benedicto XVI.
SAN ALBERTO HURTADO CRUCHAGA nos enseña el valor de la caridad para lograr sociedades menos desequilibradas y más humanitarias.
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SAN ALBERTO HURTADO CRUCHAGA nos enseña el valor de la caridad para lograr sociedades menos desequilibradas y más BENDITO SEAS JUNTO AL SEÑOR, EN NOMBRE DE NUESTRO SEÑOR AYÚDAME A SALIR ADELANTE.
ResponderEliminarAMÉN JESÚS
SAN ALBERTO HURTADO CRUCHAGA BENDICE A MI FAMILIA, HECTO PLASCENCIA LEÓN Y A MI MISMA, TE PIDO ABRAS LOS CAMINOS DE PROSPERIDAD QUE NOS TIENES SEÑALADOS AMEN AMEN AMEN
ResponderEliminarSAN ALBERTO HURTADO CRUCHAGA, TE SUPLICO ESCUCHES MI PEDIDO, COLMA MI VIDA DE BENDICIONES. QUE DIOS TODOPODEROSO ESCUCHE MI SUPLICA Y SI ES PARA MI BUEN QUE SE HAGA LA VOLUNTAD. AMÉN
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