miércoles, 29 de julio de 2009

29 de julio, día de San Olaf de Noruega

Hoy, 29 de julio, conmemoramos la solemnidad de San OLAF de NORUEGA, Rey.

SAN OLAF DE NORUEGA (995-1030) nació al oeste del Oslofjord, en Noruega, hijo del monarca de un pequeño pueblo vikingo Harald Graenske y de Ásta Ringerike, hija de una noble familia escandinava.

Al quedar huérfano de padre antes de nacer, Olav II Haraldsson “El Voluminoso” creció con su padrastro, otro rey menor vikingo, en Oppland. Era una época en que los piratas vikingos asolaban las costas europeas.

Como era la costumbre entre ese pueblo, a los 12 años de edad el entonces príncipe Olaf recibió un barco, y sus tropelías lo llevaron al Mar Báltico, al Mar del Norte, a Holanda y finalmente a Inglaterra.

Fue precisamente en Inglaterra, donde estuvo un tiempo al servicio del rey Eteldredo II, que San Olaf oye hablar por primera vez del cristianismo. Y según las crónicas, en 1015 fue bautizado en Rouen, en Normandía, al norte de Francia.

Regresa entonces a su patria, decidido a unificar los numerosos reinos noruegos bajo una sola corona, la suya, cobijados todos bajo la fe de Cristo.

Al año siguiente pudo consolidar su ambicioso proyecto, culminando con la batalla naval de Nesjar, que concluyó con la expulsión de los daneses y la unificación de Noruega. A continuación se casó con Astrid, hija del rey Olaf I de Suecia.

El reinado de San Olaf se caracterizó por ser un periodo de notable prosperidad económica, y por el impulso civilizatorio cristiano que implementó. Su reinado lo instauró siguiendo el modelo inglés, con una administración central en la corte para todo el reino.

Además, hizo traer de Inglaterra a numerosos sacerdotes, para que predicaran el cristianismo en todos los rincones de Noruega. Esto representaba una empresa descomunal, pero gracias sobre todo a su fe y a su voluntad, San Olaf consiguió llevar a cabo en buena medida tan grandioso proyecto.

En 1028, sin embargo, se había gestado en su país una fuerte oposición a sus métodos a veces demasiado rudos, y con la llegada de una numerosa flota anglo-danesa dirigida por Canuto de Dinamarca, San Olaf se vio obligado a huir junto con su hijo Magnus para refugiarse con su cuñado, Jaroslav I de Kiev.

Dos años más tarde, con ayuda sueca, San Olaf intentó recuperar su reino usurpado, pues en su ausencia los nobles noruegos habían nombrado rey a Canuto de Dinamarca. Sin embargo fue derrotado un día como hoy en la batalla de Stiklestad, donde perdió la vida.

Al poco tiempo después de su muerte, San Olaf de Noruega empezó a ser reconocido como santo en toda Escandinavia. San Olaf es el santo patrono de su país.

SAN OLAF DE NORUEGA nos enseña la importancia de entregarnos a proyectos grandiosos.


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2 comentarios:

  1. ¿Y las atrocidades que llevó a cabo contra aquellos que no "abrazaban" su fe, bien que os las calláis, eh, granujas? Por su culpa se erradicó casi por completo las antiguas tradiciones de aquella tierra. Por suerte, los paganos nunca desaparecerán, por mucho que lo intentéis, y NUNCA OLVIDAN...

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  2. Que no falte el gililpollas...que te importan los paganos....

    VIVA CRISTO REY

    OLAFO.

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