SAN FÉLIX DE NOLA (vivió en el siglo III), nació en la ciudad italiana de Nola, en la época en que el imperio romano perseguía a los cristianos.
Al quedar huérfano de muy joven, repartió toda su herencia entre los pobres y fue ordenado sacerdote por San Máximo.
A San Félix lo capturan en ausencia de su maestro, y cargado de cadenas lo introducen a un oscuro calabozo.
Se dice que encontrándose en ese estado, un ángel se le apareció y lo liberó de su prisión para que acudiera en rescate de su benefactor.
Se dice que encontrándose en ese estado, un ángel se le apareció y lo liberó de su prisión para que acudiera en rescate de su benefactor.
Lo encuentra en un monte, desfalleciendo; pero gracias a sus oraciones encuentra un racimo de uvas que exprime en la boca del maestro, que recupera así el conocimiento y se salva.
San Félix soporta con paciencia las persecuciones a los cristianos, y muere en santa pobreza, lleno de méritos y virtudes.
SAN FÉLIX DE NOLA nos enseña resignación y fidelidad.
San Félix soporta con paciencia las persecuciones a los cristianos, y muere en santa pobreza, lleno de méritos y virtudes.
SAN FÉLIX DE NOLA nos enseña resignación y fidelidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios son bien recibidos. ¡Gracias!