Hoy, 14 de noviembre, conmemoramos a San LORENZO O`TOOLE, Arzobispo.
SAN LORENZO O`TOOLE (1128-1180) nació en Castledermot, en Kildare, Irlanda, en el seno de una familia ilustre.
San Lorenzo O’Toole nació con el nombre de Lorcan Ua Tuathail, hijo de Murtagh, jefe del clan Murray; su madre pertenecía al clan O’Byrne.
El rey de Leinster, Dermot Mc Murrogh, lo tuvo como rehén durante dos años, durante los cuales lo trató con suma crueldad. Cuando Lorenzo fue liberado finalmente, en el trayecto de regreso, luego de una pernocta en Glendalough, en el convento, el muchacho sintió tanta armonía que pidió permiso de quedarse ahí.
Así, a los doce años de edad ingresó a la escuela monacal de Glendalough. La tradición cuenta que él siempre conservó una celda en ese convento, adonde se retiraba a rezar cuando le era posible, especialmente durante la Cuaresma.
Trece años permaneció San Lorenzo en ese santuario, destacándose por su piedad y amor al prójimo. Fue por eso que al fallecer Dunlaing, el abad, en 1154, San Lorenzo O’Toole fue electo por unanimidad abad de San Kevin.
Humildemente permaneció San Lorenzo en el cargo varios años, hasta 1161. Entonces, cuando murió el arzobispo de Dublín, Gregorio, San Lorenzo O’Toole fue llamado para sustituirlo. Ya como arzobispo, destacó por la cantidad de iglesias que mandó construir en toda Irlanda.
Cuando los anglo normandos invadieron Irlanda en 1170, San Lorenzo O’Toole fungió con buena fortuna como intermediario durante el sitio de Dublín.
Enrique II, el rey de Inglaterra, desembarcó en Irlanda sintiéndose monarca de esa isla, interpretando a su favor ciertos decretos extendidos por el papa Adrián IV, que era de origen inglés.
Tras una larga negociación, en la que San Lorenzo jugó un papel fundamental, el rey inglés aceptó ceder buena parte de la isla a Roderic O´Connor, monarca irlandés.
Por su participación en el tercer Concilio Lateranense convocado en Roma, San Lorenzo recibió importantes nombramientos por parte del nuevo papa, Alejandro III, y regresó a Irlanda.
Sabiéndose apoyado por el papa, en 1180 San Lorenzo viajó a Inglaterra para pedirle a Enrique II que dejara en paz a los irlandeses, pero el soberano le había tomado animadversión, probablemente por saber que las prerrogativas que él había tenido ahora eran del arzobispo de Dublín.
El rey de Inglaterra se retiró a Eu, en Normandía, al norte de Francia, y hasta allá lo siguió San Lorenzo O’Toole, incansable en sus esfuerzos de pacificación para su gente.
A ese sitio llegó ya enfermo, y aunque fue recibido en la abadía agustina del lugar, el frío de noviembre terminó de minar su salud, y San Lorenzo falleció antes de poder entrevistarse con el rey Enrique II.
San Lorenzo O’Toole fue canonizado en 1225 por el papa Honorio III. Se le venera especialmente en Irlanda.
SAN LORENZO O`TOOLE nos enseña el valor de negociar siempre la paz.
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SAN LORENZO O`TOOLE (1128-1180) nació en Castledermot, en Kildare, Irlanda, en el seno de una familia ilustre.
San Lorenzo O’Toole nació con el nombre de Lorcan Ua Tuathail, hijo de Murtagh, jefe del clan Murray; su madre pertenecía al clan O’Byrne.
El rey de Leinster, Dermot Mc Murrogh, lo tuvo como rehén durante dos años, durante los cuales lo trató con suma crueldad. Cuando Lorenzo fue liberado finalmente, en el trayecto de regreso, luego de una pernocta en Glendalough, en el convento, el muchacho sintió tanta armonía que pidió permiso de quedarse ahí.
Así, a los doce años de edad ingresó a la escuela monacal de Glendalough. La tradición cuenta que él siempre conservó una celda en ese convento, adonde se retiraba a rezar cuando le era posible, especialmente durante la Cuaresma.
Trece años permaneció San Lorenzo en ese santuario, destacándose por su piedad y amor al prójimo. Fue por eso que al fallecer Dunlaing, el abad, en 1154, San Lorenzo O’Toole fue electo por unanimidad abad de San Kevin.
Humildemente permaneció San Lorenzo en el cargo varios años, hasta 1161. Entonces, cuando murió el arzobispo de Dublín, Gregorio, San Lorenzo O’Toole fue llamado para sustituirlo. Ya como arzobispo, destacó por la cantidad de iglesias que mandó construir en toda Irlanda.
Cuando los anglo normandos invadieron Irlanda en 1170, San Lorenzo O’Toole fungió con buena fortuna como intermediario durante el sitio de Dublín.
Enrique II, el rey de Inglaterra, desembarcó en Irlanda sintiéndose monarca de esa isla, interpretando a su favor ciertos decretos extendidos por el papa Adrián IV, que era de origen inglés.
Tras una larga negociación, en la que San Lorenzo jugó un papel fundamental, el rey inglés aceptó ceder buena parte de la isla a Roderic O´Connor, monarca irlandés.
Por su participación en el tercer Concilio Lateranense convocado en Roma, San Lorenzo recibió importantes nombramientos por parte del nuevo papa, Alejandro III, y regresó a Irlanda.
Sabiéndose apoyado por el papa, en 1180 San Lorenzo viajó a Inglaterra para pedirle a Enrique II que dejara en paz a los irlandeses, pero el soberano le había tomado animadversión, probablemente por saber que las prerrogativas que él había tenido ahora eran del arzobispo de Dublín.
El rey de Inglaterra se retiró a Eu, en Normandía, al norte de Francia, y hasta allá lo siguió San Lorenzo O’Toole, incansable en sus esfuerzos de pacificación para su gente.
A ese sitio llegó ya enfermo, y aunque fue recibido en la abadía agustina del lugar, el frío de noviembre terminó de minar su salud, y San Lorenzo falleció antes de poder entrevistarse con el rey Enrique II.
San Lorenzo O’Toole fue canonizado en 1225 por el papa Honorio III. Se le venera especialmente en Irlanda.
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