Hoy, 11 de octubre, conmemoramos a San ALEJANDRO SAULI, Obispo.
SAN ALEJANDRO SAULI (1534-1592) nació en Milán, Italia, en el seno de una antigua familia genovesa muy ligada a la Iglesia.
La familia en la que vino al mundo San Alejandro Sauli incluía a numerosas personas ricas y poderosas de Lombardía que se habían destacado en la política y el comercio marítimo.
El pequeño Alejandro, sin embargo, desde niño se consagró a la Virgen María y manifestó su deseo de llevar una vida religiosa. Para seguir su vocación, de adolescente rechazó una promisoria carrera en la corte del emperador Carlos V.
A los 17 años de edad entró en el Colegio del Clero Regular de San Pablo, de la iglesia milanesa de San Bernabé, frecuentada tradicionalmente por su familia. Ahí se entregó por completo a la obediencia de las reglas de la vida común, con severas tareas religiosas.
En 1556, San Alejandro Sauli fue ordenado sacerdote; fue profesor de novicios y formador de padres barnabitas. Después fue nombrado teólogo y decano de la Facultad de Teología de Pavía por el arzobispo de Milán, San Carlos Borromeo, de quien San Alejandro llegó a ser confesor.
Diez años después, en 1565, San Alejandro Sauli fue electo Superior General de la Orden de los Barnabitas, antes de cumplir 32 años. También fue director espiritual de varios personajes ilustres de la época.
Más adelante fue nombrado obispo de Aleria, en la isla de Córcega, perteneciente a Francia. Recibió una diócesis decadente y abandonada, sin locales decentes para el culto ni tampoco clero capacitado.
En los veinte años que trabajó esmeradamente, transformó completamente la diócesis en un modelo de devoción apostólica y de organización. Al final de su período, San Alejandro Sauli era amado lo mismo por los ricos que por los pobres de la isla, quienes le apodaron el “Apóstol de Córcega”.
En 1591, sin embargo, el papa Gregorio XIV, de quien fuera también confesor y director espiritual, lo designó obispo de Pavía. Encontrándose cerca de ahí, en la villa de Calosso d’Asti, en un recorrido para conocer su nueva diócesis, San Alejandro falleció repentinamente.
San Alejandro Sauli fue canonizado en 1904 por el papa San Pío X. Su cuerpo está sepultado en la catedral de Pavía.
SAN ALEJANDRO SAULI nos enseña el valor de tener claridad en nuestra vocación.
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SAN ALEJANDRO SAULI (1534-1592) nació en Milán, Italia, en el seno de una antigua familia genovesa muy ligada a la Iglesia.
La familia en la que vino al mundo San Alejandro Sauli incluía a numerosas personas ricas y poderosas de Lombardía que se habían destacado en la política y el comercio marítimo.
El pequeño Alejandro, sin embargo, desde niño se consagró a la Virgen María y manifestó su deseo de llevar una vida religiosa. Para seguir su vocación, de adolescente rechazó una promisoria carrera en la corte del emperador Carlos V.
A los 17 años de edad entró en el Colegio del Clero Regular de San Pablo, de la iglesia milanesa de San Bernabé, frecuentada tradicionalmente por su familia. Ahí se entregó por completo a la obediencia de las reglas de la vida común, con severas tareas religiosas.
En 1556, San Alejandro Sauli fue ordenado sacerdote; fue profesor de novicios y formador de padres barnabitas. Después fue nombrado teólogo y decano de la Facultad de Teología de Pavía por el arzobispo de Milán, San Carlos Borromeo, de quien San Alejandro llegó a ser confesor.
Diez años después, en 1565, San Alejandro Sauli fue electo Superior General de la Orden de los Barnabitas, antes de cumplir 32 años. También fue director espiritual de varios personajes ilustres de la época.
Más adelante fue nombrado obispo de Aleria, en la isla de Córcega, perteneciente a Francia. Recibió una diócesis decadente y abandonada, sin locales decentes para el culto ni tampoco clero capacitado.
En los veinte años que trabajó esmeradamente, transformó completamente la diócesis en un modelo de devoción apostólica y de organización. Al final de su período, San Alejandro Sauli era amado lo mismo por los ricos que por los pobres de la isla, quienes le apodaron el “Apóstol de Córcega”.
En 1591, sin embargo, el papa Gregorio XIV, de quien fuera también confesor y director espiritual, lo designó obispo de Pavía. Encontrándose cerca de ahí, en la villa de Calosso d’Asti, en un recorrido para conocer su nueva diócesis, San Alejandro falleció repentinamente.
San Alejandro Sauli fue canonizado en 1904 por el papa San Pío X. Su cuerpo está sepultado en la catedral de Pavía.
SAN ALEJANDRO SAULI nos enseña el valor de tener claridad en nuestra vocación.
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SAN ALEJANDRO, ÁNGELES DEL CIELO, DIOS NUESTRO SEÑOR, INMACULADA CONCEPCIÓN, SAN VALENTÍN, HACED QUE MI ESPOSO CAMINE PERFECTAMENTE, MI YERNO ESTÉ CONTENTO CON SU DESTINO., MI NIETO ESTUDIE BIEN., A MIS HIJOS SEAN FELICES., Y A MÍ NO ME VUELVAN NI LA DEPRESIÓN, NI LOS NERVIOS, NI LA ANSIEDAD.- GRACIAS.- REZARÉ UN CREDO Y TRES PADRE NUESTROS.- AMÉN.-
ResponderEliminarSAN ALEJANDRO SAULI, ÁNGELES DEL CIELO, DIOS NUESTRO SEÑOR, INMACULADA CONCEPCIÓN, SAN VALENTÍN, HACED QUE MI ESPOSO NO TENGA NERVIOS, MI NIETO APRUEBE TODO Y TENGA BUENOS AMIGOS, MIS HIJOS SEAN FELICES , MI YERNO APRUEBE LAS OPOSICIONES Y A MI NO ME VUELVAN NI LOS NERVIOS, NI LA DEPRESIÓN NI LA ANSIEDAD.- GRACIAS.- REZARÉ UN CREDO Y TRES PADRE NUESTROS UNO POR EL PAPA.- AMÉN.-
ResponderEliminarSAN ALEJANDRO SAULI, ÁNGELES DEL CIELO, DIOS NUESTRO SEÑOR, INMACULADA CONCEPCIÓN, SAN VALENTÍN, HACED QUE MI ESPOSO NO TENGA NERVIOS, MI YERNO APRUEBE LAS OPOSICIONES MIS HIJOS Y NIETO SEAN FELICES Y A MÍ NO ME VUELVAN NI LOS NERVIIOS, NI LA ANSIEDAD, NI LA DEPRESIÓN,. GRACIAS.- REZARÉ UN CREDO Y TRES PADRE NUESTROS.- AMÉN.-
ResponderEliminarSAN ALEJANDRO SAULI, ÁNGELES DEL CIELO, DIOS NUESTRO SEÑOR, INMACULADA CONCEPCIÓN, SAN VALENTÍN, HACED QUE MI ESPOSO NO TENGA NERVIOS, MI YERNO APRUEBE TODO, MIS HIJOS Y NIETO SEAN FELICES, Y A MI NO TENGA NERVIOS, NI ANSIEDAD NI DEPRESIÓN.- GRACIAS.- REZARÉ UN CREDO Y TRES PADRE NUESTROS.- AMÉN-
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