Hoy, 7 de noviembre, conmemoramos a San WILLIBRORDO, Obispo.
SAN WILLIBRORDO (658-739) nació en Northumbria, en el norte de la actual Inglaterra, en una época en que no toda la Gran Bretaña estaba cristianizada.
Desde muy joven edad, San Willibrordo fue enviado por su padre para su formación a la abadía de Ripon, donde el muchacho fue discípulo de San Wilfrido.
Posteriormente estudió doce años en Irlanda, en la abadía de Rathmelsigi, que probablemente corresponde a la actual Mellifont, con San Egberto y San Wigberto.
Luego de prepararse especialmente para realizar misiones de evangelización, en 690 San Wigberto partió con una docena de compañeros hacia Frisia, en la actual Holanda, para predicar ahí entre los paganos.
En 693, en una primera visita de San Willibrordo a Roma, el papa San Sergio I aprobó absolutamente su labor misionera, y en la segunda visita, tres años después, lo consagró como arzobispo de los frisones con sede en Trajectum, la actual Utrecht.
De este modo, San Willibrordo fue el primer delegado nombrado directamente por el papado en su representación, y fungió como intermediario entre el papa y los miembros de la dinastía carolingia en Europa. También fue el primer misionero anglosajón que predicó en el continente.
Al regresar a los Países Bajos, una dama noble, Irmina de Ohren, le cedió una gran porción de terreno en Echternach, en lo que hoy es Luxemburgo, para establecer ahí un monasterio y contar con una sede para organizar más misiones, por ejemplo a Frisia Oriental y a Dinamarca.
Durante el breve reinado del rey frisón Radbodo, de 716 hasta su muerte en 719, quien pretendió restablecer los cultos paganos, toda la labor de San Willibrordo estuvo a punto de venirse abajo.
Apoyado por el mayordomo franco Carlos Martell en lo político, y por San Bonifacio en lo práctico, a partir de 719 San Willibrordo retomó su labor con renovados bríos y prosiguió incansable veinte años más.
Sin perder su entusiasmo, pero vencido por su avanzada edad, San Willibrordo falleció en el monasterio de Echternach.
A San Willibrordo se le conoce también como el “Apóstol de Frisia”. Es el santo patrono de Luxemburgo.
SAN WILLIBRORDO nos enseña el valor de las misiones fructíferas.
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SAN WILLIBRORDO (658-739) nació en Northumbria, en el norte de la actual Inglaterra, en una época en que no toda la Gran Bretaña estaba cristianizada.
Desde muy joven edad, San Willibrordo fue enviado por su padre para su formación a la abadía de Ripon, donde el muchacho fue discípulo de San Wilfrido.
Posteriormente estudió doce años en Irlanda, en la abadía de Rathmelsigi, que probablemente corresponde a la actual Mellifont, con San Egberto y San Wigberto.
Luego de prepararse especialmente para realizar misiones de evangelización, en 690 San Wigberto partió con una docena de compañeros hacia Frisia, en la actual Holanda, para predicar ahí entre los paganos.
En 693, en una primera visita de San Willibrordo a Roma, el papa San Sergio I aprobó absolutamente su labor misionera, y en la segunda visita, tres años después, lo consagró como arzobispo de los frisones con sede en Trajectum, la actual Utrecht.
De este modo, San Willibrordo fue el primer delegado nombrado directamente por el papado en su representación, y fungió como intermediario entre el papa y los miembros de la dinastía carolingia en Europa. También fue el primer misionero anglosajón que predicó en el continente.
Al regresar a los Países Bajos, una dama noble, Irmina de Ohren, le cedió una gran porción de terreno en Echternach, en lo que hoy es Luxemburgo, para establecer ahí un monasterio y contar con una sede para organizar más misiones, por ejemplo a Frisia Oriental y a Dinamarca.
Durante el breve reinado del rey frisón Radbodo, de 716 hasta su muerte en 719, quien pretendió restablecer los cultos paganos, toda la labor de San Willibrordo estuvo a punto de venirse abajo.
Apoyado por el mayordomo franco Carlos Martell en lo político, y por San Bonifacio en lo práctico, a partir de 719 San Willibrordo retomó su labor con renovados bríos y prosiguió incansable veinte años más.
Sin perder su entusiasmo, pero vencido por su avanzada edad, San Willibrordo falleció en el monasterio de Echternach.
A San Willibrordo se le conoce también como el “Apóstol de Frisia”. Es el santo patrono de Luxemburgo.
SAN WILLIBRORDO nos enseña el valor de las misiones fructíferas.
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Ilumina a muchos jovenes del mundo especialmente
ResponderEliminarde nuestro país para que descubran a Jesús a través del Seminario y se formen así y se multipliquen las vocaciones generando muchos sacerdotes para la gloria de Dios. Amen
Que María la Virgen, nuestra madre del cielo interceda junto contigo San Willibrordo por la misiones y a mí también.
Alfredo
SAN WILLIBRORDO, PROTEGE A MI FAMILIA A MI SANTISIMO, AYUDANOS, GUIANOS Y ENSEÑANOS, QUE EN GLORIA ESTÉS SANTISIMO
ResponderEliminarAMÉN, AMÉN
SANWILLIBRORDOO CONCEDENOS EL DON QUE TE DIO EL SEÑOR EN QUE TODO LO QUE HAGAMOS SEA FRUCTIFERO COMO ENGRANDECER EL REINO DE DIOS QUE CUAL QUIERA MISION ENCOMENDADA LA HAGAMOS EFECTIVA Y FRUCTIFERA. POR TU SANTIDAD DE PIDO QUE ME AYUDES A MI Y MI FAMILIA Y HERMANOS ENTODO LO QUE EMPRENDAMOS, SE QUE ME REALIZEN MIS DESEOS PERO QUE SE HAGA TU VOLUNTADY NO LA MIA, QUE SEA COMO TU QUIERAS Y NO COMO YO QUIERA POR FAVOR AYUDAME A OBTENER MIS DESEOS QUE MI SITUACION ECONOMICA MEJORE CADA DIA MAS Y MUCHA SALUD PARA MI Y MIS HIJOS Y DEMAS PERSONAS QUE ME RODEAN. GRACIAS SAN WILLIBRORDO PIDE AL PADRE POR NOSOTROS.
ResponderEliminarJESUS ANTONIO.